Ven conmigo


sábado, 20 de febrero de 2010

RIMEL DE MIEL PARA CORREGIR LA TRISTEZA.

Viajar.

Preparo mi caja de los recuerdos para afrontar este nuevo y ardo viaje, todo viaje tiene su propósito, el mío es nada mas ni nada menos que olvidar los malos fantasmas de ayer y hoy.
No llevo mucho, solo lo necesario, unos pocos cigarros y mucha música para espantar a los recuerdos, también llevo conmigo mi lápiz y mi papel, por si consigo ideas para palpar.
No sé como resultara todo esto, la verdad es que tampoco quiero saberlo, ya que hoy emprendo este viaje del cual pretendo no volver.
Mi sed de libertad agoniza el deseo de volverlos a ver, se mezclara con el fuego de la excitación de no regresar jamás.

Es cierto que sin agonía no predecimos lo que queremos oír y la vía láctea no siempre querrá decirnos lo que queremos, ni tampoco mostrarnos nuevamente el mapa de tu desnudes cada vez que las estrellas nos recuerden lo bello que era amar.
Han pasado muchas nubes ya, desde que salí de casa, el anhelo se hace presente, pero Víctor jara me nubla el vagabundo rayo de los recuerdos, asique no es muy difícil continuar.
Camino y camino, busco la salida, no se a donde voy, tal vez a jugar a ser real.






No quiero volver, háblame de ti, que yo, Yo, le tengo miedo al amor.